

Comer con fe: transforma tu salud sin dejar de ser tú
✨
Introducción del Curso “Come Bien, Vive Mejor”
El cambio empieza en tu plato… pero se refleja en toda tu vida
📖 Bienvenida al participante:
¿Alguna vez te has sentido cansado sin razón?
¿Con dolor de panza, sin ganas, o con la cabeza pesada aunque hayas dormido?
¿O te ha pasado que comes “rico” pero luego te sientes inflamadísimo, con sueño, o con el estómago hecho bolas?
No estás solo, carnal.
Aquí nadie viene a juzgarte por tomar Coca en la mañana o por comerte unas quesadillas con todo y aceite negro en la noche.
Todos venimos de ahí.
Pero también es cierto que hay otra forma de vivir: más ligera, más feliz… y más sana.
🙌 ¿De qué va este curso?
Este curso está pensado para la banda que quiere cambiar, pero no sabe por dónde empezar. Para esa raza que sabe que algo no anda bien con su cuerpo, pero no quiere que lo regañen ni le hablen con palabras que no entiende. Aquí hablamos claro, con respeto, con barrio y con fe.
Aquí te vamos a enseñar a:
Comer sin matarte de hambre
Cambiar refresco por agua sin sufrir
Preparar antojitos que no te enferman
Entender tu cuerpo y lo que de verdad necesita
Y sobre todo… a ver la comida como un regalo de Dios, no como castigo ni vicio
✝️ Un mensaje que lo cambia todo:
“No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo… glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo”
(1 Corintios 6:19-20)
Esto no se trata de dietas ni de contar calorías.
Se trata de aprender a honrar el cuerpo que Dios nos dio, de cuidarlo como lo que es: un regalo, un vehículo pa’ vivir nuestra misión.
❤️ Este curso es para ti si:
Tomas refresco diario, pero quieres bajarle
Comes lo que hay, pero sabes que no te hace bien
Quieres sentirte con más energía sin gastar de más
Tienes hijos, familia o gente a tu cargo y quieres darles un buen ejemplo
Te ha pasado por la cabeza cambiar… pero siempre lo dejas pa’ después
🎯 ¿Qué vas a lograr?
Al final del curso vas a tener:
Nuevos hábitos que sí puedes mantener
Recetas sencillas, baratas y sabrosas
Una relación más sana con la comida
Más claridad, más energía y menos culpa
Y lo más importante… vas a sentirte orgulloso de ti mismo, porque decidiste cuidarte
🔔
“El cambio no empieza en el gym, ni en la dieta… empieza en tu mente y en tu corazón. Este curso solo es la herramienta. El verdadero motor está dentro de ti.”
¿Listo pa’ empezar este camino?
Pues bienvenido, que aquí no venimos a juzgar, venimos a caminar contigo.
🥤
Módulo 1: “¿Por qué me siento tan cansado si no he hecho nada?”
Subtítulo: Lo que comes, lo que tomas… y cómo te está apagando sin que te des cuenta
📌
Objetivo del Módulo:
Que entiendas por qué muchas veces estás sin energía, sin ganas, con dolor de cabeza, o inflamado… y cómo cambiar lo que tomas y comes puede encender otra vez la chispa de tu cuerpo sin gastar una fortuna ni ir al nutriólogo fresón.
🧠
Verdades que nadie te dice (pero que te están enfermando):
El azúcar te roba la energía
Esa Coca-Cola helada con la que desayunas te da un levantón… pero a la media hora ya andas con sueño otra vez. Es como un falso amigo: te sube para después tirarte más fuerte.
Las harinas refinadas te inflaman
El pan dulce, los bolillos, las tortillas de harina industrializadas: sí llenan, pero te inflaman, te dan sueño, y afectan tu intestino.
La comida chatarra no alimenta, solo entretiene
Comer puro “antojito” diario es como vivir de memes: te entretiene pero no te nutre. Tu cuerpo necesita gasolina real, no puro humo.
🙋♂️
Ejemplo real con nombre bíblico:
Imagina a Pedro, un albañil del barrio que se levanta a las 6 am. Su desayuno: pan con chorizo y una Coca-Cola.
A media mañana ya se siente sin fuerza, le truena la panza y empieza con dolor de cabeza. ¿Por qué?
No es la edad.
Es que su cuerpo no recibió ni agua, ni proteína buena, ni vitaminas.
Ahora imagina que Pedro desayuna:
Un vaso de agua natural
Dos huevos revueltos con nopales
Dos tortillas de maíz
Y un té calientito de canela
Ese mismo Pedro ya no anda arrastrando los pies. Anda con fuego, rinde más en la chamba y su estómago está en paz.
🛠️
Ejercicio práctico #1: Diario de lo que entra a tu cuerpo
Por 3 días anota todo lo que tomas y comes desde que te levantas hasta que te duermes. TODO. Sin filtros.
Ejemplo de tabla (puedes hacerlo en una libreta):
“Porque todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” (Gálatas 6:7)
Lo que siembras en tu cuerpo, lo vas a cosechar en tu energía, tu ánimo y tu salud.
💧
Ejercicio práctico #2: El trueque bendecido
Haz estos 3 cambios durante esta semana:
Cambia una Coca-Cola por agua de jamaica natural sin azúcar
Cambia el pan dulce del desayuno por avena con plátano o fruta natural
Cambia una comida callejera frita por algo hecho en casa, aunque sea sencillo
✅ Al final de los 3 días, anota cómo te sentiste comparado con antes.
👂
Reflexión guiada: “¿Qué me está diciendo mi cuerpo?”
En silencio, ora y pregúntale a Dios:
“Señor, ¿cómo estoy tratando el cuerpo que me diste? ¿Estoy alimentando mi templo… o lo estoy destruyendo?”
Escribe en una hoja tu respuesta sincera. No se trata de sentirte mal, sino de empezar desde la verdad.
✝️
Cierre del módulo con palabra:
“Así, ya coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31)
No se trata de comer como ricos, ni de hacer dieta como modelos. Se trata de darle gloria a Dios con cada decisión, incluso con lo que llevas a tu boca.
Y si Dios te dio un cuerpo… ¿por qué no cuidarlo como el regalo que es?
🌮
Módulo 2: “Garnachas con fe”
Subtítulo: Comer rico, sin matarte lento
✊ ¿Por qué nos encantan las garnachas?
Porque son baratas, llenan, saben bien y están en cada esquina. Y para muchos, es lo que hay. Pero lo que casi nadie te dice es que no son las garnachas las que hacen daño, sino cómo están hechas.
El problema no es comerte unos tacos…
El problema es que están fritos en aceite negro, que te echas medio litro de salsa recalentada tres días, y que encima lo acompañas con un refresco de 600 ml.
🧠 ¿Y qué pasa con tu cuerpo?
Te da sueño después de comer.
Sientes el estómago inflamado.
Te dan gases, agruras o estreñimiento.
Y lo peor, ya lo ves como “normal”.
Pero no lo es. Dios no te diseñó pa’ que vivas así. Tu cuerpo es templo del Espíritu, no bote de basura.
👤 El caso de Elías y Débora
Te cuento la historia de Elías, un repartidor en moto que vivía de garnachas callejeras: quesadillas, pambazos, tortas con todo. A las 3 de la tarde ya se sentía muerto. Mal del estómago, con dolor de cabeza y con bajón de energía. Creía que era el estrés, pero era su forma de comer.
Su esposa, Débora, decidió ayudarlo. Le empezó a preparar comida en casa: tacos con pollo a la plancha, nopales, aguacate, agua de limón sin azúcar. En una semana, Elías notó que ya no tenía agruras, no le daba sueño al manejar y hasta su humor mejoró.
¿Magia? No. Solo fue cambiar la forma en que alimentaban su cuerpo. Comida con fe, con intención, y con amor.
💡 Cambia sin sufrir
Mira, no se trata de dejar de comer lo que te gusta. Se trata de transformarlo.
En vez de freír tus quesadillas en aceite, hazlas al comal.
En vez de usar manteca o margarina, cocina con poquita grasa buena.
En vez de comprar tacos de pastor todos los días, prepara tú unos con pollo, frijol y aguacate.
Y en vez de echarte una Coca, mejor hazte una agüita de jamaica o limón, sin azúcar o con poquito.
El sabor no se pierde. Lo que pierdes es el veneno.
🛠️ Ejercicio práctico 1: rescata tus antojitos
Piensa en tus garnachas favoritas. Las que más te gustan. Ahora reflexiona: ¿cómo las podrías hacer tú mismo, en casa, de forma más sana?
Por ejemplo, si amas las gorditas de chicharrón, tal vez puedes hacer unas de frijoles, en sartén sin tanto aceite, con lechuga, zanahoria rallada y una salsita natural.
Haz la prueba al menos dos veces esta semana. Cocina tú. Métele fe, sazón y gratitud. Siente la diferencia.
🛠️ Ejercicio práctico 2: Un día sin calle
Te reto a vivir un solo día sin garnachas de la calle.
Ese día, prepara toda tu comida. Aunque sea sencilla.
Usa ingredientes que tú conozcas.
No uses aceites quemados.
No tomes refrescos.
Solo comida hecha por ti o alguien de confianza.
Al final del día, siéntate y pregúntate:
— ¿Cómo me sentí?
— ¿Me costó trabajo?
— ¿Quiero volver a hacerlo?
Hazlo en silencio. Ora si lo necesitas. Y escucha lo que tu cuerpo tiene que decirte.
✝️ Cierre del módulo:
Dice la Palabra en Proverbios 17:1:
“Mejor es un bocado seco y en paz, que casa de banquetes llena de contiendas.”
A veces creemos que mientras más grasa, más sabor. Pero el verdadero sabor está en la paz que te da sentirte bien contigo mismo.
Comer sano no es moda ni castigo, es respeto.
Y el respeto empieza por lo que le das a tu cuerpo.
Porque si tú no te cuidas… ¿quién lo va a hacer?
🍳
Módulo 3: “Desayunos que no matan”
Subtítulo: Empieza el día alimentando tu cuerpo… no intoxicándolo
💭 ¿Por qué hablamos del desayuno?
Porque para muchos, el desayuno es pan dulce y café. O una Coca bien fría y unas papitas. Y sí, se siente rico un rato, pero luego…
— Te da el bajón
— Tienes hambre a la hora
— Te pones irritable
— Tu estómago se inflama
— Y tu cuerpo empieza a resentirse desde la mañana
La forma en que desayunas determina cómo te va a ir en todo el día.
No es exageración, es pura verdad.
🙍♂️ El caso de Marta y su hijo Mateo
Marta se levantaba siempre a las carreras. Le daba a su hijo Mateo un gansito y un jugo de cartón antes de ir a la escuela.
A media mañana, Mateo ya tenía hambre, se sentía débil, y no ponía atención.
Un día, Marta escuchó una charla en su iglesia donde le dijeron:
“Alimenta a tu hijo como si fuera un guerrero de Dios, no como si fuera un bote de basura.”
Eso la tocó.
Desde entonces, en vez de gansito, le da avena con plátano, o huevito revuelto con tortilla, y un poco de fruta.
Mateo cambió. Se ve más despierto, ya no tiene dolor de panza, y hasta en la escuela le va mejor.
🧠 El problema no es que comas barato, es que comas sin conciencia
Tú puedes desayunar bien con lo que hay en casa:
Huevito con frijoles y dos tortillas
Avena con fruta y un poquito de canela
Un licuado con avena, plátano y agua
Pan tostado con aguacate y limón
Té de manzanilla o café sin azúcar
Lo que importa es que seas intencional. No metas a tu cuerpo lo primero que encuentras. Dale lo que merece. Recuerda: tu cuerpo es tu herramienta para servir, trabajar, amar, crear…
🛠️ Ejercicio práctico #1: Rompe el ayuno con propósito
Durante los próximos tres días, desayuna algo hecho en casa, nutritivo y con agua natural o té.
Al despertar, no tomes café ni refresco de inmediato. Primero dale agua a tu cuerpo, como riego a una planta sedienta. Luego, aliméntalo.
Después de desayunar, haz una pausa de 5 minutos. Respira. Agradece. Y nota cómo te sientes.
🛠️ Ejercicio práctico #2: Detecta el sabotaje
Piensa qué es eso que desayunas casi todos los días y que sabes que no te cae bien.
Quizá es pan dulce, jugos artificiales, tamales grasosos, o café con dos cucharadas de azúcar.
Haz una lista mental y decide quitar solo una cosa esta semana. Una. No todo.
Cámbiala por algo mejor. No perfecto. Solo mejor.
Ejemplo:
— En vez de pan dulce, prueba con fruta o avena.
— En vez de jugo de caja, haz agua de limón con chía sin azúcar.
— En vez de tamal diario, huevito con nopales.
Hazlo con fe, con alegría. No lo hagas como castigo. Hazlo como un acto de amor a ti y a Dios.
✝️ Cierre del módulo:
“Por la mañana hazme saber de tu gran amor, porque en ti he puesto mi confianza.”
(Salmo 143:8)
Cada mañana es una nueva oportunidad. No la empieces envenenando tu cuerpo.
Ámalo. Respétalo. Dale lo que necesita.
Y haz del desayuno tu primer acto de fe y de gratitud.
🥗
Módulo 4: “La comida que da vida”
Subtítulo: Comer no es solo llenar la panza, es cuidar el templo
🌿 ¿Por qué importa lo que metes a tu plato?
Mucha banda come “lo que hay”, sin pensar. Pero lo que hay muchas veces es puro arroz con pasta, tortillas, y algo frito. ¿Dónde está la vida en eso?
Tu cuerpo no solo necesita comida… necesita nutrientes. Vitaminas, fibra, proteína, agua, color y frescura.
No estamos hablando de comida “light”, ni de moda de influencers.
Estamos hablando de alimentar tu cuerpo como si fuera sagrado. Porque lo es.
👤 El ejemplo de Daniel
En la Biblia, Daniel fue llevado a una tierra extranjera donde querían darle comida del rey. Puro manjar, puro banquete… pero sin propósito.
Daniel pidió no contaminarse. Comió legumbres, agua, comida sencilla… pero con fe.
¿Y qué pasó? Dice la Palabra que estaba más fuerte, más sano y más sabio que los demás.
Ese es el poder de una comida con propósito.
🍅 ¿Qué debería haber en tu plato ideal?
Aunque no uses tabla, quiero que te lo imagines así:
La mitad del plato lleno de verduras: nopal, calabaza, espinaca, zanahoria, lechuga, jitomate, lo que tengas
Un cuarto del plato con proteína buena: huevo, pollo, frijoles, pescado, lentejas
Otro cuarto del plato con carbohidratos: tortilla de maíz, arroz integral, camote
Y al lado: agua natural o de frutas sin azúcar.
Sencillo, real, y poderoso.
🛠️ Ejercicio práctico #1: Comida con tres colores
Esta semana, prepara al menos una comida que tenga mínimo tres colores distintos de verduras o ingredientes naturales.
Ejemplo:
— Tortilla (maíz)
— Huevo con espinaca (verde)
— Jitomate (rojo)
— Zanahoria (naranja)
Después de comer, nota cómo te sientes. Más ligero, más vivo, sin sueño.
Y si puedes, toma una foto pa’ ti, pa’ que veas que sí puedes comer rico y sano sin gastar tanto.
🛠️ Ejercicio práctico #2: Agradece antes de comer
Antes de llevar el primer bocado a tu boca, haz una pausa.
Haz esta oración sencilla:
“Gracias, Señor, por este alimento. Que me nutra, me sane, y me ayude a servirte con fuerza. Amén.”
Este acto cambia tu relación con la comida. Ya no comes por ansiedad o por costumbre. Comes con conciencia, con fe, y con amor.
✝️ Cierre del módulo:
“Yo soy el pan de vida. El que viene a mí, nunca tendrá hambre…”
(Juan 6:35)
No vivas para comer.
Come para vivir.
Y que cada bocado sea un acto de amor hacia ti mismo, hacia tu misión, y hacia Aquel que te dio la vida.
🧃
Módulo 5: “La trampa del azúcar y los jugos”
Subtítulo: Cuando lo que parece sano… te está matando despacito
🍬 ¿Por qué el azúcar es un problema?
Porque está en TODO.
Y aunque la banda diga “no le echo azúcar al café”, la realidad es que:
Toman jugos de caja llenos de jarabe
Comen yogur “light” con más azúcar que un pastel
Le entran al pan dulce como si fuera desayuno santo
Se echan 2 o 3 refrescos al día sin pensarlo
Y lo peor: ya se volvió costumbre.
No se nota de inmediato, pero en unos años ya estás con hígado graso, diabetes, presión alta… y nadie te dijo que venía de ahí.
🧠 El cuerpo y la adicción dulce
Tu cuerpo se acostumbra al azúcar.
Entre más comes, más quieres. Y luego te da ansiedad, cansancio, dolores de cabeza… y tú crees que es el estrés, cuando en realidad es abstinencia de azúcar.
Pero no estás solo. Es un vicio aceptado.
Lo importante es saberlo y empezar a romper esa cadena con decisiones diarias.
👤 El caso de Ana y su juguito mañanero
Ana, madre de tres hijos, creía que les daba algo sano al servirles un vaso de jugo en el desayuno. Juguito de naranja, según natural.
Pero resulta que ese jugo tenía casi la misma cantidad de azúcar que una Coca-Cola.
Ana empezó a cambiar el jugo por agua de frutas hecha en casa, sin azúcar o con poquito.
En dos semanas, sus hijos ya no se inflamaban, no pedían comida a cada rato, y ella sentía más energía por las mañanas.
Pequeño cambio, gran bendición.
🛠️ Ejercicio práctico #1: Detecta el azúcar escondido
Durante dos días, revisa las etiquetas de lo que consumes. No todo lo que dice “light”, “natural” o “sin azúcar añadida” es sano.
Fíjate en ingredientes como:
— Jarabe de maíz
— Maltodextrina
— Fructosa
— Glucosa
— Dextrosa
Todo eso es azúcar disfrazada.
Y aunque te suene técnico, si lo ves en la etiqueta, mejor aléjate.
🛠️ Ejercicio práctico #2: 5 días sin azúcar añadida
Rétate esta semana.
Cinco días. Sin azúcar añadida. Sin refrescos. Sin jugos. Sin pan dulce. Sin galletas procesadas.
Toma solo agua, tés naturales, y come frutas enteras (no en jugo).
¿Te va a costar? Tal vez.
¿Vas a sentirte raro? Al principio.
¿Valdrá la pena? Siempre.
Al final del quinto día, escribe cómo te sientes. ¿Duermes mejor? ¿Tienes más energía? ¿Se te fue el antojo?
✝️ Cierre del módulo:
“Todo me es lícito, pero no todo me edifica…”
(1 Corintios 10:23)
El azúcar no es del diablo…
Pero sí te aleja del propósito cuando te atrapa.
Romper con eso es un acto de fe, de amor propio y de obediencia.
Tú fuiste creado para más que estar cansado, inflamado y atrapado en un vicio disfrazado de “antojo”.
💪
Módulo 6: “Cuerpo activo, espíritu vivo”
Subtítulo: Si no te mueves, te apagas… aunque tengas fe
🛌 El problema de estar sedentario
Hay banda que dice:
“Yo no tengo tiempo pa’ hacer ejercicio.”
“Con todo lo que trabajo, ya ni fuerzas me quedan.”
O el clásico: “Yo ya estoy grande pa’ andar corriendo.”
Y sí, puede que trabajes duro…
Pero si todo tu día es estar sentado, parado sin moverte, o en la cama viendo el teléfono… tu cuerpo empieza a deteriorarse por dentro. Aunque no lo sientas de inmediato.
El cuerpo fue diseñado para moverse, igual que la fe fue hecha para actuar.
Si no lo usas, se oxida. Y cuando se oxida, vienen las enfermedades: presión alta, dolor de espalda, insomnio, ansiedad, estreñimiento, y hasta depresión.
👤 El caso de Josué
Josué trabajaba de chofer. Se la pasaba sentado todo el día, y cuando llegaba a casa, solo quería acostarse. Empezó a subir de peso, se sentía triste sin razón, y cada día tenía menos ganas de todo.
Un día escuchó en un retiro:
“El Espíritu Santo se mueve… pero tú también tienes que moverte.”
Eso lo sacudió.
No se metió al gym, ni se volvió fit.
Solo empezó a caminar 30 minutos diarios, escuchando música cristiana y agradeciendo por su vida.
A las tres semanas, ya dormía mejor, tenía más energía y hasta su ánimo cambió.
🛠️ Ejercicio práctico #1: Camina con propósito
Haz el compromiso de caminar 20 a 30 minutos diarios durante esta semana.
No importa si es lento, si no tienes ropa deportiva o si no sabes por dónde empezar.
Camina con lo que tienes. Donde puedas. Pero hazlo con propósito.
Mientras caminas, ora.
No pidas, solo agradece.
Por tu cuerpo. Por tu vida. Por lo que ya tienes.
No es ejercicio… es tiempo con Dios en movimiento.
🛠️ Ejercicio práctico #2: Activa tu cuerpo desde casa
Haz esta sencilla rutina cada mañana o cada noche:
10 sentadillas (sube y baja lento, con calma)
10 estiramientos de brazos y espalda
10 respiraciones profundas con ojos cerrados
10 segundos de agradecimiento en silencio
No necesitas más. Hazlo por ti. Por tu salud. Por tu vida. Por Dios.
✝️ Cierre del módulo:
“¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.”
(1 Corintios 9:24)
Tu vida es una carrera.
No una competencia… pero sí un camino que se recorre con intención.
Y cada paso que das, cada gota de sudor, cada respiración que haces con conciencia, es una oración silenciosa que dice: “Gracias, Señor, por darme vida.”